La Directiva Marco sobre la Estrategia Marina (DMEM), adoptada en 2008 por los Estados miembros de la Unión Europea, establece que éstos deben adoptar las medidas necesarias para restaurar o mantener la conservación de sus ecosistemas marinos. Para esto, cada Estado miembro debe evaluar el buen estado ambiental del medio marino.
Hasta ahora, los impactos de la contaminación plástica en las aves marinas solo son especulativos por la falta de datos disponibles. Sin embargo, las oportunidades para valorar estos datos son múltiples. De hecho, centenares de aves marinas fallecen en centros de rehabilitación cada año sin que la causa de la muerte sea claramente establecida. Estas aves podrían constituir un excelente indicador del buen estado ecológico, especialmente sobre la contaminación plástica en Europa. Por ejemplo, en la Fachada Atlántica-La Mancha-Mar del Norte, el fulmar boreal es una especie indicadora de esta contaminación.
Frente a la falta de datos, el proyecto LIFE SeaBiL coordinará la implementación de 5 redes locales de seguimiento de varamientos (en cada sitio piloto) qui constituirán juntos una red de seguimiento transnacional. Durante el invierno, movilizaciones voluntarias nos permitirán transportar las aves marinas orilladas hacia los centros de rehabilitación que los almacenarán en primer lugar, y luego, hacia el laboratorio del LIENS para analizar sus tejidos en segundo lugar. Muchas especies serán abarcadas, en particular: el Alcatraz atlántico, la Gaviota tridáctila, los Cormoranes, el Arao común, el Frailecillo atlántico, el Alca común, las Pardelas y el Págalo grande.
El análisis de estas aves nos permitirá saber más sobre cómo son impactados por la contaminación plástica, con el objetivo final de poder identificar una o varias especies indicadoras para un seguimiento de esta contaminación.
En paralelo, valorizaremos las aves marinas fallecidas en los centros de rehabilitación para poder evaluar el impacto de esta contaminación sobre ellos.